Ayer conocimos la
lista de 19 películas presentadas para competir en la categoría de mejor cinta
de animación en los Oscar a la espera de conocer cuáles finalmente cumplen
todos los requisitos establecidos según la Academia (Difícil que "Los
Pitufos 2" supere las eliminatorias ya que tiene muy poco de animada). Lo normal es
que al final sean 16 o más los films que terminen compitiendo por la
estatuilla, por lo que eso permite que puedan ser cinco las nominadas.
Las normas indican
que, aunque sean más de 16, la Academia podría finalmente elegir tres, cuatro o
cinco nominadas. Sin embargo, en estos últimos años los votantes de la rama
siempre han elegido el máximo número de candidatas si se alcanzaba ese número,
aunque por culpa de eso se acabaran colando películas mediocres que habían
generado poco entusiasmo entre la crítica y/o el público.
Incluso con tres, la
probabilidad de ser nominado es alta. Si hay 16 preseleccionadas y cinco plazas,
la probabilidad es del 31% (es decir, uno de cada tres). Por poner esta cifra
en perspectiva, hay cinco plazas en película extranjera para 76 candidatos. Eso
quiere decir que la probabilidad es del 7% (y esas películas, previamente, han
superado su preselección nacional). Incluso las opciones son mucho menores en
mejor película. El año pasado compitieron 282 films, por lo que la probabilidad
era del 4% si considerados que hay hasta diez plazas disponibles.
Usted puede decirme
que es una comparación injusta, pero solo así usted puede comprender que
nominar a "Planes" o "Turbo" este año sería como nominar a
"Olympus has Fallen" en mejor película, pero podría producirse dados
los pocos candidatos y las numerosas plazas. ¿Realmente necesitamos que haya
cinco? Hay un consenso claro en torno a que este 2013 no ha sido un buen año
para el cine de animación y nominar porque sí a cinco puede ser un sistema más
injusto que si simplemente lo dejamos en tres.
La otra cara de la
moneda es que, al menos eso permite que se cuelen piezas indies que con sólo
tres plazas dificílmente llegarían a la nominación. Títulos extranjeros como
"Chico y Rita" y "The Secret of Kells" son un buen ejemplo
de ello. Este año, si viéramos nominada a "Ernest y Celestine" sería
toda una alegría y sería más justo que ver films de otros estudios como
"Epic" o "The croods".
Pero como ya demostró "The Illusionist" en 2010, derrotando a
películas más populares ese año como "Tangled" y "Despicable
Me", tampoco es necesario que para eso tengan que ser cinco las nominadas.
Es más difícil , sí, pero conseguir una nominación al Oscar se supone que tiene
que ser algo duro. 2010 fue muy emocionante porque aunque todos sabíamos que el
Oscar lo iba a ganar "Toy Story 3", había una fuerte competencia por
lograr alguna de las otras dos plazas.
Muchos consideran que
es mejor quitar la categoría, algo en lo que yo no estoy de acuerdo. Sobre todo
ahora que uno de los objetivos de ampliar hasta diez los nominados a mejor film
es precisamente que se cuelen cintas animadas como "Up" o "Toy
Story 3". Sin embargo, ninguna película ganará la máxima estatuilla
mientras exista el ghetto de la categoría animada. Incluso quizá la Academia
podría elegir a una ganadora sin candidatos previos como ocurría en la categoría
de mejor película de habla no inglesa hasta 1956. Pero hay que hacer algo,
antes de que la categoría de animación se vuelva menos animada de lo que
debería ser.
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