OSCAR 2014: Los Académicos y su decisión de premiar "12 Years a Slave"

 

Los acontecimientos más oscuros de nuestra historia siempre han sido un tabú para el mundo del cine. Un temor arraigado a la propia consciencia del hombre de dejar en el olvido la vergüenza y el dolor de nuestros propios actos. Ocurrió en su momento con el holocausto judío, que no llegó a tener un gran referente cinematográfico hasta que Steven Spielberg dirigió «La lista de Schindler» en 1993 y cuyo atrevimiento quedó recompensado con siete Oscar. Más difícil, por tanto, ha sido para el cine americano mirar hacia su propio pasado, hundir el dedo en la herida todavía sangrante y contar con rigor uno de los capítulos más negros de la historia de Estados Unidos: la esclavitud.



La segunda guerra mundial duró cinco años y ahora hay muchas películas sobre el nazismo y sus consecuencias, mientras que la esclavitud duró 400 y apenas hay veinte. Es hora de equilibrar esas cifras, aseguraba el director Steve McQueen durante la presentación de “12 Years a Slave” (2013) allá por el mes de octubre, una cinta basada en la biografía de un afroamericano libre que fue secuestrado y vendido como esclavo en el sur. Un dato fehaciente ya que Hollywood siempre se ha encargado de tratar con ligereza y ambigüedad una situación que, por otro lado, asentó las bases del incipiente país. Se vio en la consagrada «Lo que el viento se llevó», donde los esclavos eran extremadamente felices, integrados en la familia a la que servían y complacientes con su situación. Una mirada extremadamente reduccionista y muy alejada de la realidad en uno de los grandes clásicos de la industria. De forma mucho más liviana se abordó el asunto el año pasado en “Django Unchained” (2012), en la que Tarantino se servía del drama esclavista para un nuevo festín de sangre y verismo doloroso.

Han tenido que pasar muchos años para que sea un director británico, que no americano, el que haya creado el referente cinematográfico sobre la esclavitud en Hollywood, la película que permita a la industria entonar el mea culpa y redimirse de un olvidado dilatado durante décadas.

Y eso pese a que la tentación de premiar la innovación tecnológica efectiva (y rentable) de “Gravity” (2013) era muy alta Sin embargo, los académicos han coronado esta noche a «12 años de esclavitud» como la mejor del año en los Oscar. La cinta, además, también ha conseguido mejor actriz secundaria y mejor guión adaptado. «Todo el mundo no merece sólo sobrevivir, sino vivir. Ese es el gran legado que nos ha dejado Solomon Northup, el protagonista de mi película. Quiero dedicar el filme a la gente que ha sufrido la esclavitud a lo largo de la historia, pero también a los 21 millones de personas que la siguen sufriendo», señaló un nervioso Steve McQueen al recoger su estatuilla de mejor película. Para el británico (que sólo cuenta con cuatro filmografías en su trayectoria) la violencia, el sexo, la marginación y la difícil presencia del hombre en el mundo son sus grandes obsesiones, y en esta cinta todos estos elementos se mezclan para demostrar la sinrazón del racismo, el dolor físico y, sobre todo, el sufrimiento moral de los personajes y su impotencia ante la injusticia.El éxito de la película supuso también el primer Oscar de la carrera de Brad Pitt, productor del largometraje, quien ya había sido nominado anteriormente en cuatro ocasiones, tres de ellas como actor (“Twelve Monkeys” (1995), “The Curious Case of Benjamin Button” (2008) y “Moneyball” (2011) y otra como productor. «Gracias por este honor increíble, sé que hablo por todos cuando digo que ha sido un privilegio trabajar por esa historia», declaró Pitt con su estatuilla en la mano.

La victoria de “12 Years a Slave” (2013) en la gala de los Oscar ya comenzó a forjarse cuando Lupita Nyong'o vencía en el apartado de secundaria con su primer papel en el cine. La intérprete de origen keniata, con lágrimas en los ojos, se dirigió agradecida a sus compañeros de reparto y dedicó el galardón a su familia por la formación que le habían dado. «Cuando miro a esta estatua dorada me acuerdo de todos los niños pequeños. No importa de dónde seas, tus sueños son válidos», declaró la actriz, que también tuvo palabras para quienes sufrieron la esclavitud que ella interpreta en la película. «No se me escapa por un momento que tanta alegría en mi vida es por tanto dolor en la de otros», añadió.

 

Cuarón gana director pero se le escapa película

 «Gravity» fue, sin duda, la otra gran triunfadora de la noche. El film de Alfonso Cuarón logró sumar siete Oscar pero en el último suspiro se quedó sin el de mejor película. «Esta ha sido una experiencia transformadora. De no haber sido así, hubiera sido una pérdida de tiempo», afirmó el realizador mexicano, que sí consiguió el galardón a mejor director y se convierte así en el primer cineasta latinoamericano en obtenerlo. «Este trabajo aportó sabiduría a mucha gente, y a mí me trajo canas en el pelo», dijo con gesto sonriente en alusión a los más de cuatro años que desempeñó en levantar esta producción. Además, se acordó también de su hijo Jonás, coguionista de la cinta, así como de la pareja protagonista, formada por George Clooney y Sandra Bullock. «Sandy, eres el alma y el corazón de la película», manifestó. Finalmente, en español añadió: «Gracias a ti mamá. Si estoy aquí, es por ti».

«Gravity dominó en los apartados técnicos, donde se llevó fotografía, banda sonora, sonido, montaje de sonido, efectos visuales y montaje. Pese al derroche visual, la academia de Hollywood se vuelve a mostrar de nuevo reticente a premiar películas como «Avatar», «Hugo», «Life of Pi» o la propia cinta de Cuarón, dispuestas a dar un salto adelante en la concepción del próximo cine y su explotación en la mayor industria del séptimo arte.

 

McConaughey derrota a DiCaprio

 «Dallas Buyers Club», que cosechó finalmente tres premios, fue otra de las grandes protagonistas de la noche. El film de Jean-Marc Vallé, un biopic sobre un cowboy de rodeo texano al que en 1986 le diagnosticaron SIDA, les ha servido como vehículo a sus dos actores protagonistas para llevarse el reconocimiento de los académicos. En un año de gran nivel, Matthew McConaughey ha logrado derrotar a Leonardo DiCaprio («The wolf of Wall Street») y Chiwetel Ejiofor («12 years a slave») en mejor actor con un papel que le obligó además a una considerable rebaja de peso. «Dios me ha dado oportunidades que jamás pensé que estuvieran en mi mano. Es un hecho científico que cuando tienes a Dios de tu lado, tienes un amigo», indicó el galán, que parecía abocado a la comedia romántica facilona y que ahora brilla como una de las mayores estrellas de Hollywood.

 También venció el actor y músico Jared Leto, que no hacía cine desde 2009. En su discurso tras ganar secundario, no olvidó a su madre ni tampoco los enfrentamientos que se viven actualmente en Ucrania y Venezuela. «A todos los soñadores que están viendo esto hoy, lugares como Ucrania y Venezuela, nosotros estamos aquí mientras vosotros lucháis para hacer vuestros sueños realidad, para vivir el imposible. Pensamos en vosotros esta noche», comentó Leto. El intérprete había expresado días antes su preocupación por la tensión que se está viviendo en ambos países y aprovechó la atención que despiertan los Oscar en todo el mundo para reiterar su mensaje.

 

Segundo Oscar para Blanchett

 En mejor actriz, como se esperaba, la triunfadora fue Cate Blanchett por su interpretación en «Blue Jasmine». La australiana, que suma el segundo Oscar de su carrera, se refirió indivualmente a sus contrincantes y agradeció a Woody Allen que la eligiera a ella para hacer esta película: «Aquellos que la industria que se siguen apegando a la idea de que las películas con mujeres no funcionan y a nadie les interesa, que vean que están equivocados». Blanchett se suma así a la larga lista de actrices como Diane Keaton, Dianne Wiest (dos), Mira Sorvino o Penélope Cruz que han conseguido el tío Oscar gracias a los personajes complejos elaborados por la genial mente del cineasta neoyorquino.

 Pero en estos Oscar, también hubo derrotadas. «American Hustle», que partía como la más nominada con diez candidaturas, se fue de vacío, al igual que «Captain Phillips» (seis nominaciones), «Nebraska» (seis) y «The wolf of Wall Street» (cinco). Sin Oscar se fue a casa también el español Esteban Crespo, que competía en la categoría de mejor cortometraje con «Aquel no era yo» y en la que finalmente ganó la danesa «Helium». «The great Gatsby y «Frozen» tuvieron más suerte y se llevaron los dos únicos premios a los que aspiraban.

 

Los académicos se quedan en el pasado

La gala, presentada por Ellen DeGeneres, estuvo trufada de actuaciones, guiños cómicos y una mirada al pasado del cine para recordar a los héroes mitológicos que nos ha dejado el séptimo arte. Precisamente, el dilema de los votante esta noche era ése: mirar hacia atrás para redimirse del olvido de Hollywood en el capítulo más oscuro de la historia de Estados Unidos; o hacerlo hacia el futuro para dar apoyo y finalmente reconocer el progreso de la técnica visual, la nueva apuesta de una industria que ve en «Gravity» el camino a seguir. Los académicos, en esta ocasión, han optado por lo primero.


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