Tras meses de espera
y de dudas ante la indecisión de The Weinstein Company de estrenarla en el circuito
de festivales del otoño, “Big Eyes”
(2014) ha visto por fin la luz. La ciudad de Los Angeles ha sido testigo de
la puesta de largo del último trabajo de Tim Burton, una comedia dramática de
época que nos lleva a los años 50 y 60 para contarnos la particular historia
del matrimonio formado por Margaret y Walter Keane, a los que dan vida Amy
Adams y Christoph Waltz. Los Keane saltaron a la fama en el mundo del arte por
crear cuadros de niños con grandes ojos: ella era la autora de las imágenes,
pero él era el que firmaba las obras.
A continuación las
críticas principales de la película que van siendo publicadas.
Justin
Chang, Variety: "A pesar de la afectada
interpretación de Amy Adams, esta apuesta dramática de Burton está planteada de
forma demasiado general sin penetrar en el corazón del infeliz matrimonio
Keane, cuyo retrato está dominado por un extravagante giro hacia ogro de
Christoph Waltz que progresivamente va sometiendo la película sin apenas dejarla
respirar. Durante la segunda mitad 'Big eyes' se convierte en un entretenido y
exageradísimo drama judicial, en el que Waltz oscila entre psicópata delirante
y artista payaso. Su verborrea inimitable hacen que sea imposible ver al
personaje detrás del actor. (...) El problema es que a pesar de su
cuidadosamente orquestado frenesí de actividad, 'Big eyes' no parece confiar en
los hechos reales ni en la lógica emocional del dilema que nos está contando.
Saltando sin rumbo entre la comedia exagerada y el tenso drama doméstico, la
película golpea la superficie, sin acercarse nunca realmente al matrimonio
real, o a las complejidades de la situación familiar."
Eric
Kohn, Indiewire: "Es técnicamente emocionante ver
a Burton volver al estudio íntimo de personajes por primera vez desde 'Ed
Wood', pero la espera de 20 años no aguanta el hype. 'Big eyes' no es
exactamente una catástrofe, pero su blando retrato de una historia fascinante
que quizá habría sido más interesante en un documental no da muestras del visionario
creador detrás de la cámara. Las capas de la estafa artística de Walter Keane
son tan profundas que Waltz a menudo secuestra la película con su siniestra
sonrisa de psicópata. Pero una vez la total locura de su personalidad se desata
hacia el final de la película, el actor tira la sutileza por la ventana, y
también lo hace la película. La escena en la que Walter se enfrenta a un
crítico de arte con un tenedor resulta terriblemente estúpida. La frágil
interpretación de Amy Adams, que gradualmente evoluciona hacia una
determinación forzosa, le da a la película una tensión más creíble aunque se
disipa en el tramo final."
Incoo
Kang, TheWrap: "¿Puede evolucionar Tim Burton?
La respuesta es la cálida y hermosa 'Big eyes'. La película más humana de Burton
desde 'Ed Wood' marca un pequeño pero importante crecimiento artístico. La
aproximación de Burton a la devastadora
recepción crítica de las pinturas de Margaret Keane es refrescantemente
compleja. El director y los guionistas Scott Alexander y Larry Karaszweski
defienden la popularidad de las creaciones de Margaret, aunque admiten su
dudoso valor artístico. Es lo que podríamos imaginarnos que Burton piensa de
'Alicia en el país de las maravillas': si fuese tan espantosa como todo el
mundo dijo, no habría hecho mil millones de dólares. Y esas pinturas no habrían
sido tan exitosas si no fuera por la incansable promoción de Walter. La cruzada
de Margaret contra su marido es pura, satisfactoria, amable (en el mejor y más
apasionado sentido), pero con Burton apuntando más alto que nunca en 20 años,
es una pena que no tenga un poco más de sofisticación junto a su habitual
triunfalismo."
Todd
McCarthy, TheHollywoodReporter: "La
interpretación de Adams es de primera clase. Ilumina tanto la parte reticente
como la creativamente compulsiva de la personalidad de Keane, aunque nadie
llega nunca a saber de dónde vienen y por qué básicamente pintaba el mismo
cuadro una y otra vez. El lado más exuberante de Waltz tiene rienda suelta, y
el actor construye un personaje tan triunfador como desagradable. Esta es
ciertamente su mejor interpretación en inglés en una película que no sea de
Tarantino. Polito y Stamp están muy agudos en sus personajes reales, mientras
que Danny Huston tiene una voz en off bastante superflua como el columnista
Dick Nolan, amigo de Walter Keane. James Saito domina vigorosa y cómicamente
como el juez. (...) Los detalles de época del diseño de producción de Rick
Heinrich y los trajes de Colleen Atwood destacan con gran deleite, y la San
Francisco pre-hippie nunca ha lucido mejor que con la fotografía de Bruno
Delbonnel (...) En definitiva, 'Big eyes' no es tan profundamente extraña o
resonantemente personal como 'Ed Wood', ni tiene nada tan magnífico como la
encarnación de Bela Lugosi por parte de Martin Landau. Pero es bueno ver a
Burton utilizar sus puntos fuertes después de una ristra de trabajos
irregulares."
Tim
Grierson, Screen Daily: "Alejándose de los mundos
de la fantasía, el terror y la ciencia-ficción por primera vez en los últimos
20 años, Tim Burton entrega uno de sus trabajos más reflexivos y logrados desde
hace mucho tiempo. Al igual que 'Ed Wood', 'Big eyes' es una historia real
sobre un inadaptado artista que hace kitsch, y las dos películas son piezas
complementarias aunque está última ofrece quizás una reflexión aún más compleja
sobre la relación entre creador y creación. Acentuada por dos interpretaciones
muy diferentes (la sufridora en silencio Margaret Kane de Amy Adams y el
extrovertido y maestro de la manipulación marido de Christoph Waltz), 'Big
eyes' es un 'crowd-pleaser' en el que Tim Burton atenúa sus habituales
florituras visuales, una decisión que es más que bienvenida."
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