Dos directoras francesas han
presentado películas en la Selección Oficial del Festival de Cannes. Un par de
melodramas cargados de emociones sobre relaciones destinadas al fracaso. Ambas
han sido rechazadas por gran parte de la crítica. Hace unos días fue turno de
Maïwenn con “Mon roi” (2015) y ahora
le tocó la tunda a “Marguerite &
Julien” (2015) de Valérie Donzelli.
La cinta sobre un par de hermanos que
se enamoran y les urge consumar fisicamente sus sentimientos, todo presentado
como un cuento de hadas, era originalmente un proyecto de François Truffaut y
la mayoría de los espectadores no dejaron de pensar en eso mientras la veían.
Aquí los comentarios:
Carlos
F. Heredero, Caimán: Cuadernos
de Cine: “Un guion de Jean Gruault basado en un hecho histórico acaecido en
el año 1603 (dos hermanos perseguidos por su relación incestuosa) sirve de base
para esta versión posmoderna de una historia que Gruault había escrito en 1970
para ser filmada por François Truffaut. Y la verdad es que estremece pensar lo
que podría haber hecho el mejor Truffaut (una mezcla, pongamos por caso, de El
niño salvaje y Las dos inglesas y el amor, si juzgamos por lo que hubiera
demandado el caso en concreto) con una historia de amor como esta, que debe
enfrentarse no solo a la condena familiar, sino también a la persecución de la
Igleisa y del Estado por lo que tiene de transgresora frente a los códigos
morales y sociales de aquellos tiempos. Y estremece más todavía cuando uno se
enfrenta, con incredulidad (cuanto menos), al errático pastiche posmoderno
orquestado por una cineasta que decide convertir la representación en un cuento
para niños y llenarla de anacronismos tan deliberados como inútiles, no se sabe
muy bien si para distanciar al espectador de unas imágenes que hubieran debido
resultar enfebrecidas o para lucimiento y exhibición propia del supuesto
ingenio ‘contemporáneo’ de la propuesta.”
Luis
Martínez, El Mundo: “Probablemente sea por la información
previa, pero se antoja completamente imposible ver la película sin que a cada
paso surja la pregunta: ¿cómo lo habría hecho Truffaut? Donzelli, despejar
dudas quizá, apuesta por exagerarse a sí misma. Hasta la deformación. Desea
tanto no ser confundida con nadie que todo lo que en sus anteriores películas
componía el estilo, aquí acaban por no ser más que estilo. Nótese el matiz.”
Fabien
Lemercier, Cineuropa: “Valérie Donzelli… ha desvelado… una
película que presenta desafortunadamente las características de un experimento
fallido, no por falta de ingredientes, sino por un defecto prematuramente fatal
en la concepción, en su ambición por querer por encima de todo crear una receta
completamente nueva. …la cineasta se precipita por una narración totalmente
desfasada jugando con los anacronismos (como por ejemplo seguir el “hace mucho
tiempo” de su escena inaugural con un helicóptero), trufada de referencias
cinematográficas y literarias (lecturas e intercambios de cartas), y efectos de
todos tipos, que tomados uno por uno podrían ser buenos elementos, pero que
nunca forman un todo, a pesar de querer evocar un juego lúdico de enlaces.”
Peter
Bradshaw, The Guardian: “Ahí hay pavos y ahí hay pavos. Este es
un pavo de lujo, con relleno, salsa de pan y un sombrero de papel. Es la clase
de cosa que Ernie Wise podría escribir en una de sus obras, con Glenda Jackson
tomando el papel principal, junto a Eric Morecambe como Julien. Hay un loco
sobre actuado, sacerdote siniestro reaccionario y dos incidentes separados con
cachetadas. Cuando Marguerite y Julien por fin escapan, ellos tienen un raro,
alocado y natural encuentro sexual en el bosque: luce locamente incomodo, como
las actuaciones.”
Sasha
Stone, The Wrap: “Siempre hay una de esas películas en
Cannes. Es “la película del acosador de menores” o “la película del incesto
padre-hija” o “la película sobre la mujer de mediana edad que paga a
trabajadores sexuales empobrecidos”. Ahora tenemos “el cuento de hadas
incestuoso de hermano-hermana”… A pesar de los malos pasos, es imposible
ignorar el talento de Donzelli. Su estética es atractiva, en la forma en que
captura los rostros y la atmósfera. Marguerite & Julien apunta a lo que
ella es capaz de hacer, en una forma que me recuerda la película de Maïwenn que
también se proyectó en la competencia de este año, Mon roi. Las dos son sobre
relaciones. Ambas demuestran el talento de sus directoras con cintas
disfrutables y entretenidas aunque imperfectas.”
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