Marion Cotillard no ha sido
suficiente para levantar la película "Mal
de pierres" (2016), dirigida por la francesa Nicole García, que no
encuentra el tono para contar una historia de amor, de locura y aislamiento que
participa en la competición oficial de Cannes y que provocó división de
opiniones.
La actriz desplegó su encanto
en Cannes para defender una película anodina, cuyo mayor interés es verla a
ella y a sus compañeros de reparto, Louis Garrell y el español Alex Brendemühl.
Una película de amor, de
engaños y de soledad, la de Gabrielle, el personaje que interpreta Cotillard,
que se sintió atraída por la pasión y el orgullo de una mujer encerrada en un
lugar en el que no respetan su deseo y su pasión y cómo eso podía llevarla a
una cierta forma de locura,
Adaptación de un libro de la
italiana Milena Agus, "Mal de Pierres" se desarrolla en la Provenza
francesa en los años cincuenta y se centra en la vida de Gabrielle una joven
que se obsesiona con amores no correspondidos y cuya extraña personalidad choca
con la sociedad cerrada de la época.
"Ella no reniega de lo
que es, pero los demás no la acompañan en sus aspiraciones de grandeza, de
amor, de una vida un poco salvaje frente a la existencia que le quieren hacer
llevar", explicó Cotillard.
A la actriz le interesaba
mucho un personaje que no quiere que nadie se meta en su vida, pero que no
tiene la libertad de vivirla como quiere y hasta qué punto ese encierro, esas
limitaciones, pueden hacerla caer enferma.
Una película que dudó mucho en
hacer, no porque no le interesara el papel, sino porque cuando se lo ofrecieron
acaba de terminar una serie de filmes muy intensos y necesitaba tomarse un
tiempo libre.
"Dije que ni podría rodar
antes de un año, pero al final fue más porque necesitaba tiempo para mí y Nicole
quiso esperarme", resaltó la actriz, en referencia a "De óxido y
hueso" (2012), "The Inmigrant" (2013) o "Dos días, una
noche" (2014).
Pero comenzó a leer el guión,
aunque con miedo, porque señaló: "no quería decir que sí, porque cuando lo
hago, hay un trabajo que comienza en mi interior incluso a pesar de mí
misma".
"Leí tres páginas, cerré
el guión, continué, y tardé dos meses en decirle (a Nicole García) que sí.
Porque no quería decirle no, pero no quería decirle sí, y esperé a ver si se
cansaba de esperarme y decidía que había otra actriz para el papel. Pero nos
encontramos en Cannes hace dos años y le dije que sí", explicó la actriz.
Una espera que valió la pena
para la realizadora, que encontró en Cotillard a la vez "esa brutalidad,
esa sensualidad, que es muy rara en el cine francés, no solo en las escenas de
amor, su cuerpo habla todo el tiempo", explicó.
"El personaje, Gabrielle,
es en sí misma una geografía, es la lavanda, los Alpes, el Mediterráneo",
resaltó Garcia.
Una mujer compleja y contradictoria,
con "un ardor salvaje, muy sensual, con el deseo muy presente y a la vez
con una especie de mística del amor"
Todo ello lo reúne Marion
Cotillard, lo que contrasta con los "hombres silenciosos y púdicos"
que la rodean, tanto su marido, José, interpretado por Brendemühl, y el militar
enfermo André, al que da vida Garrell.
Una "declinación de
amores" con la que Garcia ha querido demostrar que cuando "Gabrielle
se enamora del personaje de André Sauvage no es una pobre loca que se ata a
alguien que no quiere nada de ella. Intenta construir sobre algo que ella ha
visto".
"He tenido mucha suerte
con los actores, que han tenido una especie de abandono, de confianza en
mí", explicó Garcia, una directora habitual en Cannes, donde presentó su
primer corto, "15 aout", en 1986 y que desde entonces ha participado
tres veces en la competición oficial.
Comentarios
Publicar un comentario