En Fin ¿Qué nos deja realmente
esta edición de la Temporada de Premios?
La posibilidad de encontrar un
abanico de criterios de elección en cada gremio o asociación que se encarga de
reconocer lo mejor de cada año. Esto, aunado a la gran calidad y oferta fílmica
que sea la justa para ser premiable enriquece aún más al espectador promedio y
de los cinéfilos más exigentes quienes buscan una verdadera experiencia
cinematográfica al apagarse las luces de la sala y el cácaro encienda el
proyector.
Y esta misma diversidad de
opciones hace que una temporada de premios se convierta realmente en una
competencia cardiaca. Pero el ambiente actual en Hollywood ha permeado a cada
uno de sus integrantes y sus respectivas fiestas; lo vimos en los fúnebres Golden
Globes, la ausencia de algún nominado tras darse a conocer situaciones de carácter
incomodo, y la presión mediatica que grupos defensores de la igualdad y la corrección
política están ejerciendo en los productores no solo para levantar la voz sino también
para influir bien o mal en lo que ahora en adelante se espera que sea un
comportamiento ejemplar. Lo acabamos de
ver, los Académicos no quisieron caer rendidos ante el discurso social y
crítico del film de Martin McDonagh ni mucho menos ser tan condescendientes
como si lo fueron los Golden Globes, SAG y BAFTA., y no fue hasta hace apenas
unas horas donde de manera sorpresiva vemos como por primera vez un film
protagonizado por un personaje de carácter fantástico/fantasioso y que a
inicios de año comenzó a ver incrementando sus opciones de triunfo (ganando,
PGA Y DGA) terminaría con la victoria en manos; la academia opta por ser incluyente,
diversa y demasiado complaciente con cualquier tendencia, movimiento o
cultura/país.
La Línea de premiar películas
trasgresoras que inicio nuevamente en la academia tras “Birdman or (“The Unexpected Virtue of Ignorance”) (2014) se esfumó,
lo cual le resta puntos a favor a una institución que ha enfrentado (y seguirá)
críticas por sus procedimientos de elección por siempre, pero que cada año
logra inherentemente, hasta al cinéfilo más incrédulo, al cinéfilo más difícil
de roer, aquel al que se le hace fácil vacilar crearse un nivel de expectativa,
curiosidad de saber si dentro de la selección de contendientes y más aún para
el triunfo se encuentran aquellas películas de las cuales disfrutó en el
transcurso del año. ¡Quién diga que no ve la Ceremonia del Oscar por lo menos
una hora o solo para saber quién ganará Mejor Película y se considere cinéfilo,
miente! ¿A quién no le gusta ser reconocido ya sea en su trabajo, escuela,
etc.?
Termina una Temporada de
Premios y ya están sonando los nombres para la Siguiente. ¡Que Comiencen las
apuestas y que en 2019 tengamos una competencia
(pero no solo hasta el final) tan abierta e impredecible como la que
acabamos de vivir!
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