Annapurna Actores:
Aunjanue Ellis, Emily Rios, Ed Skrein, Finn Wittrock, Brian Tyree Henry, Ebony
Obsidian, Dominique Thorne, Dave Franco, Colman Domingo, Teyonah Parris,
Michael Beach, Pedro Pascal, KiKi Layne, Stephan James, Regina King Musicalización: Nicholas Britell Fotografía: James Laxton Productores: Adele Romanski, Sara
Murphy, Barry Jenkins, Dede Gardner, Jeremy Kleiner, Megan Ellison Duración: 119 Minutos Guion: Barry Jenkins Dirección: Barry Jenkins
Como uno de los títulos
importantes del año y claro, para la Temporada de Premios, “If Beale Street Could Talk” (2018) de Barry Jenkins emerge como un
gran poema narrativo y visual, justo lo que necesitábamos del director tras
la densidad gay magistral de “Moonlight” (2016).
Adaptando la novela escrita por
James Baldwin y publicada en 1974, nos habla de una gran relación amorosa
enfrentándose a la injusticia, al prejuicio, la condición humana que no conoce
raza ni estrato social, época o momento cultural, a través de los hermosos
primeros planos de Jenkins, ahonda en la psicología de cada uno de su
personajes y nos regala las imágenes más bellas (con permiso para Cuarón y su “Roma” 2018) del año.
Tish Rivers (Kiki Layne) de
diecinueve años se enamora de Alonzo Hunt (Stephen James), Fonny de veintidós
años quien ejerce la carpintería como oficio. Con mucha candidez en la
fotografía para exaltar su felicidad, la pareja pasea feliz hasta que Tish se
entera que Fonny está en la cárcel por un crimen imperdonable.
"Espero que nadie haya
tenido que mirar a alguien a quien aman a través del cristal" – Tish
Acto seguido Tish visita a Fonny
en la cárcel y le comunica que está encinta. La preocupación en ambos es
latente en sus expresiones; incertidumbre, miedo pero a la vez esperanza y
alegría, alegría misma que Tish contagia a la audiencia ya que asegura que
sacará a su amado antes de que alumbre. Tish le cuenta a su madre inefablemente
castigada Sharon (Regina King) sobre el embarazo y ella lo toma como si no
hubiera pasado nada, con una tranquilidad inusitada. Sharon ayuda a Tish a dar
la noticia después de la cena a su padre Joe (Colman Domingo) y su hilarante
hermana Ernestine (Teyonah Parris), quienes son igualmente solidarios con la
situación. Se nos establece pues y de manera rápida la dinámica familiar.
Sharon instruye a Joe para llamar a la familia de Fonny e invitarlos a recibir
la noticia. Así que mientras la feliz respuesta de la familia de Tish no podía
ser más alentadora, la de Fonny resulta ser lo contrario, la Madre (Aunjanue
Ellis) y sus ‘especiales’ hermanas (Ebony Obsidian y Dominique Thorne). Solo el
padre de Fonny (Michael Beach) toma con calma la noticia.
Pero, ¿Cuál fue ese acto
imperdonable? Pues que Fonny ha sido acusado de violar a una mujer
puertorriqueña, a pesar de tener una coartada que no lo acercó a la escena del
crimen.
En un momento dado, Sharon vuela
a Puerto Rico en busca de la víctima, quien huyó y acepta que fue manipulada
por un policía racista (Ed Skrein).
Jenkins navega eficazmente entre
el inicio del romance como en el presente de Tish y los problemas que tiene que
afrontar como, prácticamente madre soltera y luchar por la inocencia de Fonny,
gracias a una edición que no llega a ser confusa.
La fotografía, otro aspecto a
destacar en cada escena, la tonalidad de cada imagen, la calidez y candidez
cuando Tish y Fonny están juntos, la frialdad de una celda, la luz que Sharon
emite para cobijar a su hija… y Nicholas Britell con su partitura musical
complementa el trabajo visual y auditivo de proporciones poéticas, súmenle los
hermosos primeros planos habituales del director.
Hay mucho drama, sí; pero Jenkins
llega a profundidad con sus personajes y sus acciones, no hay momento alguno en
que se pueda desviar la atención a lo que le suceda a Tish, inclusive Jenkins
se permite cierto momento cómico (la reunión de las dos familias) pero tenso
por igual.
Y así como la puesta en escena
del director es tan apabullante, de la ama manera se encuentra su elenco
actoral. La debutante Kiki Layne y Stephen James dan credibilidad en sus
interpretaciones como la pareja de enamorados, transmiten ese amor, dolor,
tristeza y esperanza de que todo saldrá bien para ambos. Teyonah Parris se
convierte en una roba escenas prácticamente, pero es Regina a King como Sharon
quien destaca más, una madre que arriesga todo en beneficio de sus hijos. Un
personaje lleno de empatía y con muchas
muy buenas escenas de carga emocional que tienen calibre de Oscar.
“If Beale Street Could Talk” (2018) es un triunfo total, la
demostración de que atrás quedó aquel momento bochornoso en la noche de los
Oscares y que no fue ningún error, Barry Jenkins es una gran contador de
historias, otrora programador del Festival de Telluride comunica muchas cosas a
través de su cámara, te abruma la manera en la que cada Imagen te transmite
emociones que sacude los sentidos, nadie será inmune a su relato, al igual que “Moonlight” (2016) el director arrebata
tu atención y te adentra a su pequeño universo, a su historia. Muchos filmes
únicamente viven del momento, lo que Jenkins hace aquí trasciende. Qué bravura.
CALIFICACIÓN PARA “IF BEALE STREET COULD TALK” (2018): MAJESTUOSA
Nominaciones para la Estatuilla
Dorada: edición, sonido, edición de sonido, fotografía, música original, guion
adaptado, diseño de producción, vestuario, actriz de reparto (Regina King),
actriz (Kiki Layne), director (Barry Jenkins), Película
Twitter: @BealeStreet Facebook.Com/IfBealeStreet CouldTalk
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