Después de Lanthimos, llega
Schrader con su “Oh, Canada” (2024).
Richard Gere, Uma Thurman y Jacob Elordi estelarizan este nuevo filme del
veterano guionista quien recibió unos 4 Minutos de Ovación tras la Proyección.
Veamos las Primeras
Reacciones:
Alejandro
G. Calvo: Le ha quedado algo extraña pero aun así, creo, también muy
estimable OH CANADA a Paul Schrader. Aquí no esperéis transformaciones
bressonianas o violencia interna porque la cosa va de poner en escena un relato
escindido y repetitivo contado por un hombre moribundo y con atisbos de
demencia (genial Richard Gere). Schrader tira de veteranía y sobriedad aunque
disfruta mezclando los recuerdos a modo de puzle imposible mientras juega con
las formas: color / B/N, Gere/Elordi, misma puesta en escena para distintos
momentos, etc. La música es de Phosphorescent, eso es un 10.
@anapau_villa: OH
CANADA se siente como una película profundamente personal para Paul Schrader,
en la que un cineasta al borde de la muerte utiliza una entrevista como
confesionario para revelar todos sus pecados. Richard Gere da su mejor
actuación en años, evocando sentimientos de culpa, desesperación, miedo y
determinación mientras intenta reconciliarse con la vida que llevó y las
decisiones que le permitieron hacerlo.
Matt
Neglia: OH, CANADÁ es el comentario reflexivo de Paul
Schrader sobre la mortalidad, el arte, la memoria y el arrepentimiento.
Entonces, ¿por qué se siente tan delgado? En 95 minutos, la narrativa cruzada
de Schrader entre Richard Gere en su lecho de muerte y Jacob Elordi interpretando
la versión más joven de este personaje que salta de una relación a la siguiente
se pierde en el camino, amortiguando su impacto emocional y temático. Gere y
Elordi son buenos, pero con más tiempo y un guion completamente desarrollado,
podrían haber sido geniales.
Richard
Brody: Paul Schrader es un pensador destacado de la forma
cinematográfica, pero sus películas han sido más sencillas que sus ideas: hasta
ahora, con Oh, Canada, una de sus más grandes; la complejidad está incorporada
en el sujeto, ya que prácticamente sale de detrás de la pantalla mientras mira
al vacío.
Karl
Delossantos: Lo mejor que puedo decir sobre OH, CANADÁ de
Paul Schrader es que tiene una toma gratuita de Jacob Elordi en suspensorio
(ambos lados). Aparte de eso, es un aburrimiento confuso que aparentemente no
tiene nada que decir.
Alberto
Lechuga: Qué particular es OH, CANADA. Frágil, tierna y
triste, ligera y lúgubre, se deshace cada vez que trata de esbozar la vida de
su protagonista. Radical su falta de asideros: la muerte es un narrador poco
fiable para la última confesión de un atormentado calvinista.
Serena
Seghedoni: Si estás al final de tu vida y todo lo que
queda es tu pasado, pero tu pasado es una mentira, ¿existes siquiera? OH,
CANADA de Paul Schrader es una película hermosa que aborda la mortalidad, el
legado, el arte y más. Se siente muy personal y realmente me afectó. Una visita
obligada.
Alex
Billington: Oh, Canadá: lo último de Paul Schrader también
es un fracaso. Es un poco más coherente que Megalópolis como una mirada
retrospectiva a la vida de un cineasta mientras está en su lecho de muerte.
Aunque no tiene mucho que decir, parece muy fino en todas partes. Casi me
pareció media película.
Josh
Parham: OH CANADÁ contempla mucho sobre los temas del
arte y la mortalidad, pero lamentablemente no llega a tener una declaración
profunda. Schrader establece una base interesante, pero una narrativa
temáticamente débil lo convierte en un ejercicio débil. Gere y Elordi están
bien. Thurman está perdido.
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