¿Ha arruinado Christopher Nolan
los Oscars? Yo sé que él no quería pero hace cinco años cuando "The dark
knight" no consiguió la candidatura a mejor película en los Oscar fue tal
la indignación de los fans que la Academia decidió al año siguiente incrementar
el número de nominados en la categoría reina a diez, sesenta años después de
ser siempre cinco. Un montón de razonamiento tontos justificaron esta decisión.
Lo que realmente les preocupaba era quedarse sin público joven y que la
audiencia cayera considerablemente, pero revistieron su decisión justificando
que así habría una mayor variedad de películas candidatas.
Cinco años y 47 nominados a mejor
película después, es el momento de admitir que el experimento ha fracasado. No
se ha conseguido el supuesto objetivo que perseguía la Academia. Y en los datos
me amparo. Poco después de las últimas nominaciones, el profesor Nick Davis
tuiteó una estadística sorprendente: Este año, 11 películas abarcaban el top6
de los Oscar (película, director y las categorías interpretativas). ¿Cómo puede
ser que en uno de los mejores años de cine en Hollywood el grupo de
privilegiadas fuera tan reducido? Ampliando a las categorías de guión, el
resultado eran 12 películas. Sólo "August: Osage County", "Blue
Jasmine" y "Before Midnight" están presentes en el top8 de
categorías de los Oscar sin estar en mejor película. Las otras nueve cintas,
son las candidatas.
Esa es la menor cantidad de
títulos en 30 años. Y lo que es más, el segundo dato más bajo - 14 - fue hace
apenas un año. Y el tercero más bajo también sucedió en los cinco años
transcurridos desde el cambio de reglas. La verdad ineludible: Mejor película
ha dejado hueco para más películas, pero la Academia sólo se centra en unos
pocos títulos.
Para aquellos de nosotros que
entendemos que los premios de la Academia no puede ser perfectos pero queremos
que continúen luchando para ser mejores, esta es una tendencia profundamente
decepcionante. Este ha sido un buen año para los Oscar. Hay buenas películas,
buenos directores, buenos actores, buenos guiones... Los suficientes para
reflejar una mayor variedad. Cuantas más películas se nominan, más claro queda
que los académicos han hecho sus deberes. Y esas nominaciones son las que dan
valor real a los Oscar: David Lynch por "Blue Velvet", los guiones de
"Trainspotting" y "Election", un joven Leonardo DiCaprio
nominado por "What’s Eating Gilbert Grape", Ryan Gosling por
"Half Nelson", Ellen Burstyn por "Requiem for a Dream" o el
propio Christopher Nolan nominado por el guión de "Memento".
Esto antes era lo normal. En
1988, por ejemplo, los cinco nominados a Mejor Actor de Reparto participaban en
películas que no habían sido candidatas a mejor film. Este año precisamente en
esa categorías se han quedado fuera James Gandolfini ("Enough Said"),
Daniel Brühl ("Rush"), David Oyelowo ("Lee Daniels 'The
Butler") , Paul Dano ("Prisoners") , o John Goodman
("Inside Llewyn Davis"). Ninguno ha sido candidato y, en su lugar,
han entrado cinco actores que sí están presentes en cintas nominadas a mejor
película.
Algunos podrían argumentar que
este año todo el talento se ha concentrado en un pequeño puñado de películas,
pero la historia demuestra que, aunque eso fuera verdad, no tendría peso real
ni serviría de justificación. Entre 1984 y 2008, un promedio de 18.3 películas
estuvieron representados en los ocho principales categorías cada año - a veces
hasta 22 , y nunca menos de 16. Una caída, primero a 14 y luego a 12, no puede
ser justificada así.
Hay otras explicaciones. La
primera es que muchos académicos están trabajando en estos momentos en
películas y proyectos y no tienen mucho tiempo para ver las películas. Por
tanto, sólo ven aquellas que suenan con más relevancia y el voto
irremediablemente se concentra en un ramillete pequeño de cintas. Otro factor
es la fecha de estreno. Este año, las nueve películas nominadas se estrenaron
en el último trimestre del año. En 2012, ocho de las nueve. Y luego están las
campañas de promoción, que muchas distribuidoras no pueden pagar. Y no hablamos
sólo de publicidad en medios de comunicación, sino también los gastos de
fabricación y envío de DVD Screeners, hoteles, transporte, personal de apoyo...
Y si tenemos en cuenta los festivales de Toronto , Nueva York , Telluride o el
AFI Fest, tienes que añadir los gastos de cócteles, tés , cenas y veladas
nocturnas posteriores a la proyección, tanto para la prensa como para los
votantes. Así que muchas distribuidoras renuncian a este elevado gasto para
conseguir, sólo tal vez, una candidatura a mejor actriz secundaria o mejor
guión adaptado. Un ejemplo de este año es "Rush", una película de
bajo presupuesto que Universal distribuye pero no financió. Tras no funcionar
en taquilla, se vio claramente que la película tenía difícil aspirar a mejor
film. Pero Daniel Bruhl podría ser candidato a mejor actor secundario por dar
vida en la gran pantalla a Niki Lauda, y de hecho fue nominado al Globo de Oro,
al BAFTA y al Critics' Choice. De acuerdo con alguien cercano a la película, la
distribuidora reunió algo de dinero para pagar un par de anuncios a favor de
Brühl y una o dos visitas a Los Angeles. Pero no había dinero para promocionar
el trabajo de sonido o montaje de la película, y al final ni siquiera el actor
hispanoalemán fue nominado en secundario. Y para la mayoría de las películas
que se producen y se distribuyen de forma independiente, el coste de la
promoción es aún más inasumible.
Las diez nominadas tampoco han
cumplido el objetivo velado de la Academia. Ninguna de las cintas nominadas va
a despertar el interés de los jóvenes por ver la gala. La única que puede
hacerlo es "Gravity", y la cinta de Alfonso Cuarón habría sido
también nominada con sólo cinco plazas en juego. La inclusión de más películas
hubiera supuesta una sabia y rica elección de los académicos. Pero en su lugar,
tenemos una lista de candidatos menor que nunca y que no representa el gran año
de cine que hemos tenido.
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