CANNES 2014: Jessica Chastain recibe buenos comentarios por "The Disappearance of Eleonor Rigby" (2014)
Por primera vez en su historia, la 67 edición del Festival de Cannes proyectó en competición el nuevo montaje de una película estrenada antes de llegar a la Costa Azul francesa, "The Disappearance of Eleanor Rigby" (2014), firmado por Ned Benson y protagonizada por Jessica Chastain y James McAvoy.
La cinta, nominada al premio a la mejor ópera prima del certamen la Cámara de Oro, se proyectó con otra estructura en el pasado Festival de Toronto, pero los programadores de Cannes aceptaron como nueva la versión actual, en competición en la sección paralela Una Cierta Mirada.
Es el resultado de nueve años de trabajo de Benson (Nueva York, 1977) para glosar, a escala humana, una historia suave de amor resquebrajado e identidades descompuestas en una pareja que se enfrenta a un evento fatal.
"Hubiera valido cualquier tragedia. Lo importante es lo que pasa después y cómo se comporta la pareja", dice Benson en una terraza a orillas del Mediterráneo y ante varios medios de comunicación.
Esa fractura provoca que los protagonistas deambulen por la mitad de sus treinta años sin rumbo, dos personas erráticas que se siguen amando mientras su vida de pareja se desmorona.
Para ello, el director pone delante de la cámara a una buena amiga, a quien conoció cuando tenían 25 años y ambos empezaban a meter la cabeza en el mundo del cine. Se encontraron en un festival de cine en Los Ángeles. Benson fue para proyectar un corto, Chastain porque le tocaron las entradas en un sorteo.
"Hola, soy Jessica. ¿Tú eres el que ha rodado eso? Acabo de graduarme como actriz y quiero trabajar contigo", le dijo.
Más de una década después, y convertida en una musa planetaria con nominaciones al Oscar ("The Help" y "Zero Dark Thirty"), Chastain (California, 1977) se volcó con el primer filme de Benson, del que es coproductora.
Respetando la jerarquía del autor, la intérprete ayudó a preparar el guión en el que también borda su trabajo James McAvoy y en la que Viola Davis pone unas gotas de humor ácido.
Es una historia de dos chicos neoyorquinos que se enfrentan a la soledad con desacierto y resignación y cuya separación les hace regresar a sus respectivos hogares familiares.
El de ella, con una madre francesa y violinista, un padre profesor estadunidense, su hermana y su sobrino, un clan que intenta amortiguar la melancolía de Chastain. El de él, con un padre solitario, quemado en tres matrimonios y dedicado a la restauración que ha perdido las ganas de tener ganas de nada.
La cinta, tierna pero no melodramática, hace un guiño a la canción de The Beatles "Eleanor Rigby", que no suena en toda la película aunque alguien menciona parte de la letra ("¿De dónde viene toda esa gente solitaria?").
El filme tiene muchas referencias a la experiencia vital del director -su padre robó de joven una televisión para ver un concierto de "The Beatles"- y se disocia con una cámara fría en los planos de él frente a una "paleta más cálida" en la parte de ella.
"No hay bueno y malo en esta película" ni tampoco juicio de valores dice Benson -amante del cine europeo y de la sensibilidad
que generalmente se premia en Cannes- a propósito de una película
que ofrece dos puntos de vista de personas que intentan salir hacia
delante lo mejor que saben, lo mejor que pueden.
Chastain, que en 2011 rodó junto con Sean Penn y Brad Pitt la Palma de Oro de Terrence Malick, "The Tree of Life", pronto volverá a las pantallas con una película biográfica sobre Marilyn Monroe, dirigido por Andrew Dominik, que promete ser una novela feminista que invita a la industria a reconsiderar el arquetipo de rubia de Hollywood.
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