Hace dos días se
publicó el primer clip de “A Little
Chaos” (2014), segunda película como director de Alan Rickman, que además
le reúne en pantalla con Kate Winslet casi veinte años después de "Sense and
Sensibility" (1995). Y aunque en julio se anunció como la película
encargada de clausurar esta edición del Festival Internacional de Cine de
Toronto este próximo sábado, 13 de septiembre, ayer miércoles se realizó un
pase para la prensa del que ya podemos leer las primeras opiniones. Estas
primeras críticas que os ofrecemos a continuación no son nada benevolentes con
la propuesta de Rickman, siendo el trabajo de Winslet y apartados como el
vestuario o la dirección artística prácticamente los únicos aspectos del film
que han logrado arañar algún halago aislado.
Empezamos por The
Playlist, web en la que Nikola Grozdanovic comenta lo siguiente sobre diversos
aspectos de la película, a la que califica con un C-: “A pesar de su espíritu
libre y de su naturaleza caótica, Sabine es un personaje plano y falto de
interés, y ese es solamente uno de los defectos más obvios de A Little Chaos.
Winslet aporta un entusiasmo y una convicción dignos de la insípida
individualidad del personaje, lo que viene a ser una interpretación menor de
una actriz de las grandes. Tampoco ayuda que la química entre ella y
Schoenaerts dure lo que dura su primer encuentro, y que no vuelva a aparecer.
El actor belga, que últimamente ha estado impresionante, no encuentra la
inspiración aquí, ya sea por el acento británico que le obligan a poner a un
personaje francés (aunque, a nuestros oídos, el acento suena bien) o porque Le
Notre, al igual que Sabine, es menos interesante que un pomo del S.XVII. Por
tanto, el amor que se supone tenía que ser el punto de apoyo de esta historia
no tiene prácticamente pasión. (…) Aún así, la escena entre Rickman y Winslet
en el jardín, algunos de los intercambios entre Schoenaerts y McCrory, y
prácticamente todo lo que dice Stanley Tucci hacen que algunas escenas sean
memorables y añadan capas a los personajes a pesar de los esfuerzos de la
historia por derrumbarlo todo. El vestuario (el mejor amigo de un drama de época)
es más extravagante, espléndido y colorido que cualquier otra cosa en la
película. (…) Rickman dirige una película que no contiene ni una pizca de
pasión y que representa la lucha de una mujer con su pasado sin una auténtica
lucha. La película intenta ser un drama, y una comedia, y un romance, y termina
fracasando en ser cualquier cosa excepto algo muy laborioso flotando en el
aire, ni aquí ni allí. Algunos diálogos interesantes y un armario lleno de
vestidos fantásticos no son ayuda suficiente para que un impresionante reparto
salve a A Little Chaos de ser una película lánguida, sin nada remotamente
excitante como el caos.”
Por su parte, Gregory
Ellwood le otorga un C+ en su crítica para Hitfix y dice: “Rickman y los
guionistas Jeremy Brock y Alison Deegan hacen que la película se vaya por las
ramas de forma innecesaria en más de una ocasión haciendo honor al título. (…)
El tono de la película es disperso; durante unos minutos vemos las bufonerías
de Tucci y Rickman en pantalla, como si la película fuera una comedia de Meryl
Streep (sí, eso es algo), y en otros momentos el instinto dramático de Winslet
empuja a la película dos niveles más allá de The Reader. Rickman y la directora
de fotografía Ellen Kuras (Eternal Sunshine of the Spotless Mind) también
aportan un aspecto frenético, saltando entre una película de época de un gran
estudio y una dirección artística interesante normalmente reservada para un
proyecto más artístico. Con una duración de 116 minutos, la película es
chirriante en todos los sentidos. Pero sorprendentemente ninguno de esos puntos
es lo peor del film. El mayor problema del film es, tristemente, la elección de
Schoenaerts.” Para apoyar esa afirmación, Ellwood comenta de nuevo la falta de
inspiración del actor o de química con su compañera de reparto que se menciona
en The Playlist. De su co-protagonista, Ellwood apunta que “la película debería
empezar y terminar en la interpretación de Winslet, pero la dirección es tan
dispersa que tienes que reconocerle el mérito por intentarlo al menos. El
esfuerzo de Winslet por dotar a su personaje de una profundidad dramática real
es mayor que el que pondría cualquier otra actriz (fácilmente podríamos ver a
otras actrices de Hollywood deambulando como sonámbulas por una película como
esta). (…) Dejando las críticas serias aparte, A Little Chaos se ha ganado un
cumplido (que por desgracia puede ser un arma de doble filo): es una película
pasable.”
Si nos fijamos en la
opinión de David Rooney para The Hollywood Reporter, nos encontramos con una
crítica menos tajante que la de sus colegas ya citados, pero tampoco
entusiasta: “Un drama de época sobre la lucha interna y profesional de una
mujer inconformista, contratada para diseñar los jardines del Palacio de
Versalles del Rey Luis XIV, A Little Chaos cuenta con actuaciones decentes y es
una pieza de entretenimiento agradable, a pesar de que funcione mejor por
escenas que como conjunto en general. (…) Claramente, el romance entre Andrè y
Sabine pretende desarrollarse a fuego lento, pero florece de manera irregular.
En parte, se ve afectado por la falta de química entre Winslet y Schoenaerts,
pero sobre todo porque ambos personajes son muy melancólicos e introspectivos.
(…) Dedicar menos tiempo a las intrigas de la corte y más a la historia central
podría haber añadido algo de chispa al romance. (…) Si el director y sus
co-guionistas se hubieran lanzado de lleno a darle a este capítulo histórico
semi-ficticio una actitud más contemporánea (como por ejemplo Sofia Coppola en
su loca aunque estimulante e infravalorada película pop sobre Versalles, Marie
Antoinette) el resultado final podría parecer algo menos artificial. (…) Dicho eso,
la historia cautiva, las hermosas localizaciones y vestidos son un regalo para
la vista, y el reparto es competente aunque rara vez se le exija demasiado. (…)
La mezcla de elegancia, agallas y tristeza interna de Kate Winslet es el
principal motivo para seguir viendo A Little Chaos, pero la actriz se merece
una película más dinámica.”
Dennis Harvey sigue
en la línea de Rooney y comenta en su crítica para Variety lo siguiente: “El
primer esfuerzo como director de Alan Rickman desde The Winter Guest en 1997 es
una ficción histórica predecible y poco precisa, que no será carne de premios,
pero que podría tener cierto recorrido comercial entre un público mayor como
película de época al uso. (…) La escena que realmente funciona, por calculada
que esté, es un encantador aunque improbable encuentro accidental extendido
entre la protagonista y el rey, a quien en un principio confunde por otro
jardinero cuando se topa con él disfrutando de un paseo en solitario. Pero
Rickman tropieza con demasiada frecuencia en lo que debería ser una comedia
ingeniosa, enfatizando las cualidades más obvias del guión. Esto parece la
corte “francesa” más completamente inglesa de la historia, y algunas secuencias
se ven especialmente torpes al tratar de imponer una sensibilidad moderna a
esta época. (…) Winslet capta nuestra atención, por supuesto, pero uno no puede
evitar pensar que estaba más interesante cuando este papel de
mujer-empresaria-valiente-en-un-mundo-de-hombres se llamaba Mildred Pierce.
Dejando aparte al tristemente acartonado Schoenaerts, nadie más tiene un reto
interpretativo por delante en esta pieza (hay trabajo competente de actores
expertos en personajes secundarios unidimensionales). (…) Todo esto es lo
bastante divertido de una forma sofisticada y conservadora para agradar al
público, debidamente apoyada por los placeres típicos en estas películas como
son unas localizaciones hermosas y un vestuario llamativo. Pero las
pretensiones de ser una película profunda se ven con demasiada facilidad.”
Por último, la prensa
británica tampoco ha tenido palabras más amables para sus compatriotas Rickman
y Winslet. Catherine Shoard titula su crítica en The Guardian “El divertimento
de Luis XIV roza lo ridículo,” aunque a su favor destaca las interpretaciones
de sus protagonistas: “Las interpretaciones son excelentes, la verdad sea
dicha. Winslet aporta honestidad emocional dentro de unas limitaciones
anacrónicas, y Schoenaerts escapa dignamente. Aunque nuestra paciencia para
soportar a Stanley Tucci como secundario amanerado y exagerado de buen corazón
se está agotando (aunque al menos sigue haciendo eso bien después de
ochocientas veces). Rickman interpreta a Luis XIV con inesperada compasión. (…)
Pero el guión debería haber sido revisado más veces. Hay algunas ideas
potencialmente interesantes sobre si debemos contener o no a la naturaleza
según nuestra voluntad, y sobre si se trataba bien a las mujeres en la corte.
Pero las respuestas se sobreentienden y el debate está terminado antes de
empezarlo. La inverosimilitud del personaje de Sabine se hace más difícil de
creer con el tiempo.” Shoard otorga tres estrellas a la cinta, una más que las
que le da David Sexton en su crítica para el London Evening Standard. Tras
destripar hasta el último detalle de la película durante siete párrafos, parte
que suprimimos para evitarle los spoilers a aquellos que aún estén interesados
en ver la cinta, Sexton cierra su texto dejándonos con su rotunda opinión sobre
la película: “A Little Chaos, escrita por Alison Deegan, nos asusta por su
atrevida falta de autenticidad en cuando a la época y al lugar (no hay nada de
francés excepto los inevitables nombres). Tanto la organización como el
vestuario muestran el lujo, mientras que Winslet nos parece una sorpresa
bohemia con sus largas faldas de cuadros y su bolso de cuero, como si fuera una
estudiante muy madura. A Little Chaos reúne todos los ingredientes para una
jugosa novela romántica, pero ninguno para una buena película.”
Comentarios
Publicar un comentario