En el tiempo en el que he
llevado cuenta del Festival de Toronto, nunca había visto una selección fílmica
con tan pobres resultados. ¿Qué está sucediendo? A Estas alturas del partido
hace 2 años “12 Years a Slave” (2013) ya se consolidaba como la rival a vencer,
el año pasado Julianne Moore se convirtió en la favorita en Mejor Actriz por “Still
Alice” (2014), pero ahora, nadie ha llenado las expectativas necesarias para
los premios. Con tantas decepciones, "Mad Max Fury Road" (2015) e "Inside Out" (2015) verán reforzadas sus opciones de nominación en Mejor Película?
Y siguen las Decepciones con:
“The
Program” de Stephen Frears
Guy
Lodge, Variety: "El cauteloso estudio de Stephen Frears
de la caída en desgracia de Lance Armstrong no logra romper el implacable
barniz del ciclista (...) Con estilo semi-documental y con una comprometida
interpretación protagonista de Ben Foster, que nunca logra alcanzar del todo a
su distante sujeto. (...) Ben Foster puede ser un buen actor, pero no es Helen
Mirren, y 'The Program' no cede ante él de la misma manera que 'The Queen' lo
hacía ante ella. Su Armstrong proyecta una superficie prefabricada, dura y
limpia, como el propio hombre. Puede ser una figura difícil de ver incluso
cuando está en primer plano. (...) Como conjunto de elementos prometedores por
fricción, sin embargo, la historia está limitada por una conclusión
decepcionante y apresurada (...) Es raro que un biopic de prestigio dé la
sensación de ser demasiado corto, pero después de 102 sólidos minutos, 'The
Program' se retira con medio puerto de montaña aún por escalar."
Tim
Robey, The Telegraph: "Ben Foster, un actor ferozmente bueno
cuando está a su más alto nivel, clava a Lance Armstrong. Hay momentos en los que
el espíritu de Lance Amrstrong parece animar el cuerpo de Foster (...) Cuanto
más asombrosa se vuelve la imitación, más repelente se vuelve la figura que
estamos contemplando. Sólo puedes desear que el práctico trabajo de Stephen
Frears alrededor de su estrella hubiera
sabido cómo dirigir las cosas hacia un punto, o entregar una historia con más
novedad y fuerza. Como una serie de oportunidades para el lucimiento de Ben
Foster. La película ejerce una vibrante fascinación, sin darnos casi nada de
carne alrededor de eso (...) Sientes una incertidumbre estructural acerca de lo
que connota la historia de Armstrong y de cómo debería haber sido contada. Pero
no puedes apartar los ojos de Foster."
Dave
Calhoun, Time Out: "El Ben Foster de Lance Armstrong es como
algo sacado de una película de terror en el inquietante biopic de Stephen
Frears. (...) Ben Foster ofrece una astuta y desagradable interpretación: su
Armstrong parece una creación enteramente pública, principalmente solo tras las
puertas cerradas y sin ningún familiar ni amigo cercano que Frears y Hodge (el
guionista) crean necesario mostrar. La película calienta acontecimientos fríos
y los reconstruye como una tragedia griega. (...) Foster hace un gran trabajo
con estos ricos ingredientes, sacando lo máximo de cada inquietante sonrisa y
mirada. 'The Program' no ofrece ninguna nueva revelación y Armstrong permanece
esquivo, pero tiene un aire perturbador que nos arrastra a través de sus
pedestres parches"
“Freheeld”
de Peter Sollet
David
Rooney, The Hollywood Reporter: "Un conmovedor trabajo
de Julianne Moore y Ellen Page en sus papeles protagonistas proveen algo de
jugo emocional, pero la interpretación más convincente es la de Michael Shannon
en un papel secundario clave. Por otra parte, esta es una película que se
adhiere a las expectativas a cada paso del camino. La película hace exactamente
lo que se propone, lo que dejará a muchas audiencias satisfechas. Es un noble drama
lacrimógeno (...) Pero parece legítimo esperar algo menos pedestre del director
Peter Sollett, quién dotó de más corazón y carácter íntimo a 'Camino a casa' o
'Nick y Norah, una noche de amor y música'. (...) La interpretación de Moore
es conmovedora (...) pero la
desgarradora trayectoria parece una repetición de algo que ya hemos visto de
ella recientemente en una versión superior. (...) El único error en el reparto
es el ridículo y exhibicionista número de Steve Carell como el excéntrico
activista LGTB."
Gregory
Ellwood, HitFix: "No hay nada más descorazonador que
escribir una crítica negativa sobre una película con intenciones admirables
(...) Desafortunadamente, un reparto impresionante y unos significantes hechos
reales no pueden compensar el hecho de que es una película muy mal hecha (...)
Moore está muy bien retratando el deterioro físico de Laurel (...) Page entrega
una interpretación apasionada de una mujer que simplemente no quiere creer que
su compañera no sobrevivirá. Y afortunadamente, el dúo tiene una química
fantástica en pantalla que al menos que hace que sus escenas sean visibles.
(...) Lo que es chocante de todo esto es que hay muchos nombres imponentes
tanto detrás de la cámara como delante.
Rodrigo
Pérez, The Playlist: "'Freeheld' pretende ser, pero de hecho no
lo es, una inspiradora película sobre un caso de referencia de los derechos
LGTB. Pierde de vista a los humanos. Se empantana en tediosas políticas
municipales y falla a la hora de dramatizar de forma convincente una importante
historia. (...) Uno de los errores cruciales de la película es su necesidad de
normalizar todo. Con la intención de expresar como las personas gays son
jodidas por el sistema, la pareja es representada como un auténtico
aburrimiento: ven el béisbol, renuevan una casa juntas, cenan y, honestamente,
no tienen una excesiva química afectiva.
Sabiendo todo lo que sabemos sobre la película (a través del tráiler, la
sinopsis o sobre su propia existencia) la deuda de los cineastas es ir más allá
de una insulsa recitación, y en ese sentido no lo consiguen (...) Moore es
naturalmente la gracia salvadora de la película pero, como en 'Still Alice',
ella es la luz resplandeciente de una película muy formularia. El tercer acto
es donde puede hacer su mejor trabajo y donde 'Freheeld' alcanza sus momentos
más emocionantes, pero también son emocionalmente manipuladores. Los otros
actores no salen muy bien parados, mejor no hablemos del sobreexcitado Steve
Carell (...) Ellen Page se ve reducida al ingrato rol de novia preocupada. Shannon al menos tiene un arco de
personaje, pero algunos de sus diálogos son tan pobres que provocan risa
inintencionada."
“Trumbo”
de Jay Roach
Nikola
Grozdanovic, The Playlist cree que "la película es un increíblemente
divertido viaje en el tiempo al viejo Hollywood, cuyas buenas y malas
características sirven para crear algo a la vez entrañable y entretenido. Más
allá de eso, su feroz personaje central es un gran símbolo de algo que falta en
Hollywood hoy en día (...) Por momentos se alcanza cierta profundidad emocional
y el trabajo de Cranston se adapta en consecuencia, terminando en una discurso
final tremendamente emotivo que confirma que estamos ante su mejor trabajo post
'Breaking Bad'."
Steve
Pond de The Wrap: "Roach aprovecha la teatralidad del
personaje central para incorporarla a su dirección, mezclándolo con el aspecto
y la sensación de las películas de la época de Trumbo para crear una película
juguetona, estilizada y ligeramente melodramatica (...) Al principio cuesta
tiempo para hacerse al ritmo y personalidad de 'Trumbo' (...) pero la cinta
gana en matices y profundidad cuando vemos las consecuencias de lo que está
pasando en la vida de Trumbo (...) Cranston, por su parte, es una fuerza de la
naturaleza en un papel protagonista que le da la oportunidad de dominar el
escenario con arte." Pond también recuerda lo mucho que gustan en
Hollywood las películas sobre Hollywood, algo que, según él, podría ayudar
mucho al filme cuando lleguen los Oscar.
Jordan
Mintzer, de The Hollywood Reporter: "La película puede
estar lejos de lo sutil a veces y tiende a ser demasiado evidente en su
posicionamiento político, algo que casi la convierte más en una elevada dramedy
de televisión que en una obra a la altura de los mejores trabajos de Trumb
(...) Tanto el trabajo de cámara como de edición son rápidos y útiles aunque no
sean muy interesantes de ver. La empalagosa banda sonora de Theodore Shapiro es
excesiva (...) Lo que hace que la película funcione son sus interpretaciones,
tanto de los secundarios como de Cranston.
Peter
Debruge, de Variety: "El pesado guion de John McNamara rara
vez inspira algo más unas leves sonrisas, dejando pasar una rica oportunidad
para satirizar la hipocresía política de los tiempos paranoicos que representa.
Se va a estrenar en la gran pantalla, pero Jay Roach mantiene el estilo
televisivo de 'Game Change' (...) Bryan Cranston parece incapaz de salir del
personaje con su postura rígida y su acento hosco... y sin ápice del carisma de
un socialista a lo Warren Beatty (...) Helen Mirren y otro actores menos
conocidos le eclipsan."
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