Directora: Kathryn Bigelow (“Zero Dark Thirty”)
Actores: Jeremy Strong, Gbenga Akinnagbe, Chris Chalk, Austin
Hebert, Laz Alonso, Malcolm David Kelley, Joseph David Jones, Ephraim Sykes,
Leon Thomas III, Jack Reynor, Ben O'Toole, Nathan Davis Jr., Peyton 'Alex'
Smith, Miguel Pimentel, Khris Davis, Jacob Latimore, Jason Mitchell, Hannah
Murray, Kaitlyn Dever, Will Poulter, Algee Smith, John Boyega
Guion: Mark Boal
Musicalización: James Newton Howard
Fotografía: Barry Ackroyd
Productores: Kathryn Bigelow, Mark Boal, Matthew Budman, Megan
Ellison, Colin Wilson
Duración: 143 Minutos
Annapurna
Megan Ellison, productora
nominada al Oscar por “Her” (2013),
“American Hustle” (2013) y “Zero
Dark Thirty” (2012), se aventura en la producción y distribución en
solitario con el nuevo trabajo fílmico de Kathryn Bigelow acerca de uno de los
incidentes más polémicos de brutalidad policiaca y/o racismo en los Estados
Unidos.
Lo interesante en la propuesta de
la directora y su colaborador en el libro cinematográfico es el estilo entre el
documental y el drama, lo que le da mucha intensidad y hasta frialdad al
relato, caray no podemos esperar menos dado el atroz evento; siéntense a
recibir muchos golpes emocionales por parte de sus personajes; no es para un
público débil.
El punto de partida que encendió
el fuego el 23 de julio de 1967 fue una incursión de la policía en un bar de Detroit
en un barrio negro donde algunos amigos celebraban el regreso de dos vecinos
suyos de la Guerra de Vietnam. Las cosas se salieron de la mano, hasta el punto
en que un asambleísta negro local imploró a sus electores que no
"estropearan su vecindario". Pero el saqueo y la destrucción
aumentaron, más policías fueron enviados, la Guardia Nacional fue llamada a
proteger a la policía y después de tres días, Detroit comenzó a ser comparado
con el propio Nam.
Mark Boal inteligentemente traza
varias líneas argumentales en el proceso: cantantes de Motown nombrados ´The
Dramatics´ quienes están a punto de dar una actuación, Larry (Algee Smith) se
decepciona y frustra artísticamente dado que el evento es cancelado; Larry y su
amigo Fred (Jacob Latimore) se refugian en el Hotel de Argel, un lugar
destartalado con una piscina y un anexo trasero donde las drogas y las prostitutas
están a la orden del día. Un evento terrible involucra a estos chicos con otras
dos mujeres blancas (Hannah Murray y Kaitlyn Dever) lo que provoca la presencia
de la policía rodeando el hotel creyendo que hay un francotirador dentro; la
violencia no se hace esperar y todos y cada uno de los ahí presentes son
torturados y amagados de manera brutal. El policía a cargo, Philip Krauss (Will
Poulter), es un racista y un sádico de la peor clase, a pesar de su apariencia
juvenil y hasta carismática, resulta que no lo es, golpea a sus sospechosos
para extraer la verdad de ellos, la brutalidad y el abuso del poder,
llevándolos a un cuarto de junto y amenazarlos a punta de pistola; hasta que es
interrumpido por la llegada, de la Guardia Nacional, de la Policía del Estado
de Michigan y de un guardia de seguridad Melvin Dismukes (John Boyega). Pero
cuando Krauss tiene otro joven oficial que se une a su desagradable juego, las
cosas van drásticamente mal, lo que resulta en más muertes, encubrimientos y
mentiras descarnadas que llevan todo el camino a través de los juicios
subsiguientes en los cuales los policías fueron exonerados por jurados blancos en
los tribunales fuera de Detroit y el pobre Melvin quien solo quería ayudar sale
perjudicado.
Parte del impacto que genera
Bigelow en la audiencia es el elenco que eligió, prácticamente desconocidos y a
pesar de no haber el suficiente desarrollo para todos las actuaciones
sobresalen, en particular Will Poulter (sin importar lo desagradable de su
personaje) y el bienintencionado John Boyega.
En cuanto al aspecto visual, la
cámara siempre está en movimiento, muchos movimientos bruscos en especial en
las secuencias de los disturbios, la composición de la imagen siempre granular;
solo que Bigelow abusa de ello a punto de caer en un semanario de lo insólito.
La Edición complementa la sensación de angustia en las escenas de
interrogatorio en el hotel.
Visceral y desproporcionado de
elementos patrióticos, Bigelow hace de “Detroit”
(2017) un trabajo que muestra el pasado (y hasta involuntariamente el
presente) violento y racista en los Estados Unidos, como lo mencione antes su
atmosfera no es para los espectadores débiles de corazón, el público se
indignará, no soportará tales atrocidades, volverán el estómago; caray nada que
extrañar de lo que a diario vemos en los noticieros. Es Aterradora y
pertinente, debe verse.
CALIFICACIÓN PARA “DETROIT” (2017): MAJESTUOSA
Nominaciones para la Estatuilla
Dorada: A pesar de la excelente recepción crítica, dudo que los académicos
tengan el suficiente amor al film dado su temática; siendo justos deberían
considerarla en sonido, edición de sonido, edición, guion original, directora
(Kathryn Bigelow) y Película
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