Director: Guillermo del Toro (“Mimic”)
Actores: Doug Jones, David Hewlett, Michael Shannon, Lauren Lee
Smith, Martin Roach, Michael Stuhlbarg, Allegra Fulton, John Kapelos, Morgan
Kelly, Richard Jenkins, Octavia Spencer, Sally Hawkins
Guion: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor
Musicalización: Alexandre Desplat
Fotografía: Dan Lausten
Productores: Guillermo del Toro, J. Miles Dale
Duración: 123 Minutos
Fox Searchlight Pictures
Proyectándose en el Festival de
Venecia y generando un gran entusiasmo entre la crítica, era raro pensar que
una película de Guillermo del Toro se pudiera alabar de tal manera, tras varios
trabajos dentro del cine comercial no tan memorables (tal vez trabajos
demasiados rectos); el director Mexicano entrega este año dentro de su
filmografía, otro visita al género fantástico; algo que sabe hacer muy bien y
que en repetidas ocasiones nos ha dado muestra de ello siendo su mejor
referente la Ganadora del Oscar “Pan´s
Labyrinth” (2006).
La película se abre con las
palabras de Giles (El Nominado al Oscar Richard Jenkins) - sobre un apartamento
submarino lleno de muebles flotantes - invocando un cuento de hadas de amor y
pérdida, sobre los últimos días finales en el reinado de una princesa sin voz,
y el Monstruo que intentó destruirlo todo. Qué mejor forma para plantear el
cuento de hadas que veremos a continuación. Elisa (La Nominada al Oscar Sally
Hawkins) huérfana de nacimiento y muda,
es una mujer que trabaja en la intendencia de un laboratorio militar
ultra secreto donde se realizan diversos experimentos; todo esto en medio de la
Guerra Fría. Elisa solo mantiene amistad con su vecino Giles, quien es
Homosexual y con su compañera de trabajo
Zelda (La Ganadora del Oscar Octavia Spencer), sabe muy bien como interactuar
con la demás gente y por su condición se mantiene lo suficientemente aislada;
pero Elisa no es inmune a sentir y querer experimentar con su cuerpo ya que
practica el onanismo constantemente mientras hierve los huevos que llevará al
trabajo a comer. Pero un visitante inesperado atrae la atención de los médicos
y los ahí trabajadores, una criatura proveniente de América del Sur,
supervisado por el Agente Gubernamental Strickland (El Nominado al Oscar
Michael Shannon), de la cual esperan que sus capacidades ´sobrenaturales´
provean cierto beneficio a la causa. Sin embargo, cuando Elisa lo encuentra a
través del cristal en sus rondas de limpieza, no ve una bestia sobrenatural,
con aletas y algas, sino un espíritu afín, que comparte no sólo su silencio,
sino su perspectiva de desajuste, sus cicatrices de abuso y su amor
efervescente de los discos de Benny Goodman y alguien con quien compartir sus
huevos hervidos.
En “The Shape of Water” (2017), el relato pareciera simplista, pero
tanto Del Toro y su co guionista diseccionan varias capas en el mismo ya que
tanto juega en el terreno de la fantasía pero también da un discurso, en medio
de ello, sobre la aceptación, la discriminación social y/o racial que imperaba
en los Estados Unidos de los sesentas, al consumismo acorde al nivel
adquisitivo; quizás y sin ser su principal motivo estamos ante una crítica a la
Norteamérica de Trump.
Es la historia de dos inadaptados
que se encuentran y poco a poco descubren tanto las virtudes y horrores de cada
quien así como su lugar en el mundo; una bestia que se acerca su Bella (hay
referente obligado al cuento de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont) en una
carrera contra el tiempo y contra otros monstruos humanos. Ahí reside el gran
trabajo en la escritura de guion, en no tratar la relación mujer-humanoide como
algo menos que una historia de amor clásica y convencional (¿Alguien dijo Disney´s “Splash” 1984?), sin embargo
el camino a tomar ha sido el de una fábula con tintes casi realistas y
connotación política de por medio.
Esto no funcionaría de no ser por
el trabajo actoral de Sally Hawkins quien desde el primer momento en que hace
acto de presencia en pantalla nos enamora solo con los planos a su rostro, sus
expresiones faciales, su movimiento corporal, la estructura en la que su
personaje está escrito; gloriosa la decisión de Guillermo en haber pensado en
la actriz británica desde el inicio, también uno de los colaboradores
habituales del director, Doug Jones como el anfibio con el cual la protagonista
sostiene un affaire y que sufre al igual que ella, un ser sensible con una vida
interior conmovedora. Sin olvidar el complemento actoral de Richard Jenkins, Michael
Stulhbarg, Octavia Spencer y el siempre eficaz y temible Michael Shannon.
La Música de Alexandre Desplat
(que bien le valdrá otra nominación) haciendo uso del acordeón, enfatiza la
relación entre ambos seres, la
fotografía de Dan Laustsen con una paleta de colores en tonos verdes que alude a diversas épocas
cinematográficas a las que Del Toro es fanático resaltan en especial el
laboratorio donde el anfibio y Elisa llevan a cabo su amor, gracias también al
diseño de producción.
Guillermo del Toro es un director
que ha sabido llevar a buen puerto sus ideas visuales, el argumento en su
filmografía quizás no sea el punto más fuerte pero tras años de estar inmerso
en le genero de las hadas y los monstruos es justo decir que ha llegado el
momento en que tanto la forma como el fondo (argumental) hacen conexión total
con “The Shape of Water” (2017).
Pero para quien esto escribe también es justo exigirle al director que busque y
experimente en algún otro género cinematográfico, queda claro su destreza pero aún
puede sorprendernos con una propuesta arriesgada sea en la comedia, drama,
etc., por lo pronto disfrutemos de su evocadora historia de amor entre
inadaptados.
CALIFICACION PARA “THE SHAPE OF WATER” (2017): MAJESTUOSA
Nominaciones para la Estatuilla Dorada:
fotografía, edición, música original, actor de reparto (Richard Jenkins), diseño
de producción, guion original, actriz (Sally Hawkins), sonido, director
(Guillermo del Toro), película
@shapeofwater Facebook.Com/TheShapeofWater
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